
En los últimos años, los sustitutos vegetales de alimentos (conocidos como plant-based) se han convertido en un mercado en expansión, y los productos acuáticos no son una excepción. Es más, según un estudio encargado por la Comisión de pesca del Parlamento Europeo a Research4PECH, los productos vegetales diseñados para imitar la apariencia, el sabor o las propiedades nutricionales de los productos de la pesca y la acuicultura han venido ganado popularidad; y lo han hecho “respaldados por argumentos como la sostenibilidad ambiental, los beneficios para la salud y la ventaja ética frente a los alimentos de origen animal”.
Con este auge en el mercado de los sustitutos vegetales, el sector de los productos de la pesca y la acuicultura se enfrenta a una creciente y preocupante competencia con no pocos desafíos, en especial en lo que respecta a las prácticas de etiquetado cuando en muchos casos no se aprecia una distinción clara entre productos vegetales y productos de origen marino.
Con esta preocupación sobre la mesa, en el estudio encargado por la Comisión de Pesca del Parlamento se propusieron una serie de objetivos: ofrecer una visión general de la situación actual de los sustitutos vegetales vinculados a los de origen marino genuino; analizar las prácticas de etiquetado potencialmente engañosas en el mercado de la UE en lo que respecta a estos sustitutos vegetales; y revisar el marco legal de la UE para el etiquetado de sustitutos vegetales para los productos de la pesca y la acuicultura. Algunos de los resultados obtenidos son muy significativos.
EMPRESAS DE PESCADOS Y MARISCOS HAN DIVERSIFICADO A LOS PLANT-BASED
Para documentar la progresiva entrada de empresas en el mercado de sustitutos vegetales de productos del mar, el estudio ha identificado 102 empresas que suministran 228 productos diferentes. Estas empresas tienen su sede en 26 países, incluidos 12 Estados de la UE. Se indica también que si bien, inicialmente, los sustitutos vegetales de productos acuáticos producidos por estas empresas se distribuían principalmente en tiendas especializadas y en línea, ahora se hace principalmente a través de grandes cadenas minoristas, ya sea en Norteamérica o en la UE.
Se destaca, asimismo, que partir de 2022/2023, el mercado se ha caracterizado por dos tendencias clave: la penetración en el mercado de grandes empresas alimentarias y cómo empresas líderes en procesamiento de productos de la pesca y la acuicultura han diversificado su oferta con el desarrollo de productos de origen vegetal.

PRINCIPALES ESPECIES IMITADAS: ATÚN, PESCADO BLANCOS, SALMÓN, CAMARÓN Y CANGREJO
El estudio, que ofrece un análisis de los principales tipos de sustitutos vegetales de productos acuáticos que se ofrecen en el mercado -en particular en lo que respecta a las especies imitadas-, así como los ingredientes utilizados y los métodos de producción, subraya que las principales especies imitadas son el atún, el pescado blanco (para productos similares a palitos de pescado), el salmón, el camarón y el cangrejo (con pastel de cangrejo y productos similares que se venden principalmente en el mercado norteamericano). Estas especies representan alrededor del 78 % de los 228 productos incluidos en la base de datos obtenida. Este hallazgo, se subraya en el estudio, “coincide con el consumo real de productos del mar genuinos en la UE, lo que indica que las empresas que participan en el mercado de sustitutos vegetales del mar ofrecen productos de la competencia, a menudo haciendo referencia al producto original durante el proceso de comercialización”.
PLANT-BASED: ADITIVOS Y DISTINTAS ETAPAS INDUSTRIALES
En cuanto a los ingredientes utilizados en la elaboración de los sustitutos vegetales, se indica que la soja, los guisantes y el trigo son los más utilizados para obtener proteínas. Los ingredientes a base de almidón se utilizan a menudo como alternativas a los mariscos, siendo el konjac uno de los ingredientes clave de esta categoría. Siempre se requieren aditivos, como sal, grasa o cualquier otro ingrediente que, en general, no se ajusta a las características de los productos del mar auténticos. Se advierte también que el uso de alérgenos e ingredientes importados “podría generar inquietud en algunos consumidores de la UE, especialmente si buscan productos locales y seguros”. Se remarca, asimismo, que para los sustitutos vegetales se requiere de varias etapas industriales, “lo que puede poner en peligro la naturaleza natural, orgánica o vegana de los productos”.

INFORMACIÓN AL CONSUMIDOR
En lo que respecta a la información al consumidor, se recuerda en el estudio que los productos de la pesca y la acuicultura deben cumplir las normas de comercialización y etiquetado establecidas en el Reglamento 1379/2013 de la Organización Común de Mercados (OCM), así como en el Reglamento 1169/2011 sobre la Información Alimentaria al Consumidor (IAC). Por el contrario, los sucedáneos de origen vegetal solo deben cumplir con el Reglamento IAC, al igual que cualquier otro producto alimenticio en el mercado de la UE, excepto si están elaborados con algas.
En particular, las prescripciones establecidas en el artículo 7 sobre prácticas leales de información del Reglamento IAC establecen que "la información alimentaria no debe ser engañosa", entre otras cosas, en cuanto a la naturaleza e identidad del alimento; ni tampoco sugiriendo, mediante la apariencia, la descripción o las representaciones gráficas la presencia de un alimento o ingrediente concreto que en realidad ha sido sustituido por otro diferente.
El análisis del packaging de los productos recopilados en el estudio presenta una amplia gama de ejemplos de prácticas “no conforme”. Según el análisis realizado, el 45 % de los productos utilizan nombres ficticios que sugieren una relación con productos del mar originales, a menudo con poca información para proporcionar una denominación completamente descriptiva. En el 57 % de los casos, se hace referencia directa a los términos «pescado» o «especie de pescado»; y solo en el 13 % de los casos se aclara la relación entre el nombre ficticio y el nombre de la especie.
Según las medidas nacionales adoptadas en Francia y Alemania, no deben utilizarse los nombres ‘pescado’ ni ‘especie de pescado', salvo que se proporcione suficiente información para informar plenamente a los consumidores sobre la naturaleza de los productos. En general, prohibir el uso de la denominación comercial de especies acuáticas para un producto que no contiene productos del mar evitaría claramente prácticas engañosas. En cuanto a los productos que utilizan nombres de ficticios, se debería exigir información adicional para cumplir plenamente con el Artículo 36 del Reglamento AIC, especialmente cuando la ambigüedad generada por el nombre se ve reforzada por el uso de una imagen que imita el producto del producto genuino correspondiente.
Una posibilidad para facilitar aún más las estrategias de marketing de los productores y la elección de los consumidores podría ser imponer el nombre del ingrediente o ingredientes principales utilizados, como se sugiere en la guía para la industria publicada en EE. UU., así como también en las prácticas de marketing actuales en el sector agroalimentario de la UE. Este enfoque, se señala, “indicaría claramente la naturaleza del producto, proporcionando mejor información al consumidor que simplemente indicar ‘de origen vegetal’ o ‘vegano'.
Además, y para evitar engaños a los consumidores y mantener la igualdad de condiciones con los productos del mar genuinos, se propone que el origen de los ingredientes y el nivel de procesamiento podrían indicarse sistemáticamente en el envase.
Del mismo modo, cuando el envase indique que el producto contiene Omega 3, una aclaración como "enriquecido con Omega 3" ayudaría al consumidor a comprender que el producto no contiene Omega 3 de forma natural.